¿Tengo que contar que tengo EM?
La EM que te han diagnosticado es tuya y, por tanto, cualquier información al respecto también lo es; tienes pleno derecho a compartir el diagnóstico o a no hacerlo, así como a elegir a quiénes quieres contárselo.
La EM que te han diagnosticado es tuya y, por tanto, cualquier información al respecto también lo es; tienes pleno derecho a compartir el diagnóstico o a no hacerlo, así como a elegir a quiénes quieres contárselo.
Normalmente, hablar de la enfermedad y de los sentimientos y preocupaciones que en ti despierta, también suele ser de ayuda; las emociones necesitan ser expresadas para que no queden “atascadas” y nos hagan daño, y a partir del entendimiento por parte de los demás de nuestra situación personal podemos obtener la grata satisfacción de sentirnos comprendidos y apoyados.
Elegir no hablar todavía de la EM no significa que estés mintiendo ni ocultando nada. Sin embargo, suele ser positivo mantener informadas a las personas de tu entorno. Puedes hablar de cómo te sientes y de los síntomas sin necesidad de explicar que tienes EM. Tú decides cuánta información dar y en qué momento.
Si finalmente tomas la decisión de hablar con otras personas sobre la EM:
Es mejor que tengas pensado qué es lo que vas a contar, para no quedarte atascado o en blanco. Ensayar o escribir en un papel qué información vas a transmitir puede ayudarte mucho.
Las personas con las que hables querrán hacerte preguntas. Es importante que estés preparado para contestarlas, y lo suficientemente informado. No tienes por qué saber todas las respuestas, ni contestar a todas las preguntas.
A veces, contar algo a muchas personas a la vez puede imponer y generar ansiedad; las primeras veces que hables del tema será mejor elegir a un grupo pequeño de gente conocida o bien comenzar uno a uno.
También es importante elegir el momento para hablar. Es importante que tengas el suficiente tiempo para contar lo que tengas pensado sin tener que correr.
Es normal que aparezcan emociones durante la conversación, tanto tuyas como de las personas que están recibiendo la información. No las temas, exprésalas.
Cuenta, además de qué es la EM, qué significa para ti y cómo te afecta. Así, la gente de tu entorno podrá entenderte mejor.